1. Copiar y pegar. Un editor
inteligente y con valores éticos entenderá que esta práctica es negativa, que
no se aporta nada a la audiencia, que marcar la diferencia siempre será mejor,
que el buen contenido siempre se ve entre el montón de notas idénticas.
Ver: Claves y herramientas para detectar contenido copiado en lared. Tenemos la obligación de verificar la información y de cruzar las
fuentes necesarias. ¿Cuántas ‘patinadas’ se necesitan para regresar a la
esencia del periodismo?
2. No usar hipervínculos. ¿Hasta
cuándo los periodistas seguirán diciendo que por falta de tiempo no colocan
links? ¿Hasta cuándo dirán que andan corriendo y no pueden tomarse medio minuto
en buscar un enlace adecuado, oportuno y útil? La excusa que también se escucha
es que los medios no quieren, pues desvía el tráfico (claro, nos referimos a
los enlaces externos, los que casi siempre tienen más valor). Ya basta, ¿no? La
audiencia regresará siempre que se le ofrezca buena información.
3. No reconocer el crédito de los
usuarios que aportan a la historia. Algunos periodistas no saben que
se pueden embeber tuits y posts de Facebook, y que citar al usuario que impulsó
una nota o que aportó en el desarrollo de una historia es positivo, y
contribuye a fidelizar a la audiencia. Deben ser innumerables las notas sobre
emergencias que se arman en base a tuits que, sin embargo, nunca son citados.
4. No citar al autor de la foto que se
consigue en la red. Colocar como crédito de una foto la palabra
TWITTER, FACEBOOK o INTERNET es una práctica bastante común y negativa. Las
fotos tienen dueño y hay que citar al autor. No tarda nada hacer ese pequeño y
necesario trabajo.
5. Caer en el facilismo.
Ejemplos hay muchos, pero las notas sobre los memes que generó el escándalo más
reciente o la ya clásica “tuiteros opinan que… ” o “tuiteros sintieron el
temblor…. ” acaban por generar las burlas de la audiencia.
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Foto sacada de 80grados.net |
6. Usar fotos referenciales para las
emergencias. La foto referencial es una necesidad muchas veces, pero
en casos de emergencia resulta poco recomendable, pues puede confundir a la
audiencia. Recomendamos esta breve nota de Poynter al respecto.
7. Titulares engañosos. Hay que
lograr clics, pero no podemos mentir. Crear falsas expectativas con un titular
dinamitan al medio. La audiencia no caerá en el juego.
8. Mala redacción y pésima ortografía. La
inmediatez no está reñida con la calidad. Se pueden hacer textos brillantes o
correctos en medio de la urgencia de publicar.
9. Falta de contexto. Las
micronotas que inundan los medios digitales no tienen espacio evidentemente
para dar contexto a la información. Si dedicamos unos minutos a esta tarea, el
lector se sentirá más recompensado.
10. Citas inexactas. Nada
justifica que se inventen citas o se coloque comillas a declaraciones que nunca
se hicieron.
¿ Si conoces otra clase de error, comenta y dinos cuál ?
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